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Es un Trastorno de ansiedad que se caracteriza por la presencia de obsesiones (pensamientos intrusivos, persistentes y angustiosos) y compulsiones (rituales, conductas repetitivas), dirigidas a reducir el estado de ansiedad.
La persona tiene la necesidad de completar un ritual con el fin de acabar con la situación de ansiedad e intenta suprimir los pensamientos con otros, con el fin de neutralizar.
Las personas con TOC realizan rutinas diarias, en donde invierten gran parte de su tiempo con el fin de lograr un alivio de su ansiedad. Estos comportamientos influyen de forma negativa, tanto en el trabajo como en el ámbito familiar y estudio manteniéndoles en constante angustia.
Diversos estudios muestran como dicho trastorno disminuye la calidad de vida del paciente, ya que es agotador tanto mental como físicamente.
Algunas obsesiones más habituales son: miedo a contaminarse, miedo a estar en peligro y/o que las personas cercanas estén en peligro, necesidad de tener un orden con exactitud o estar en duda constantemente de forma excesiva. También sentir temor de perder el control, tener un orden simétrico y/o como él considere correcto.
Las compulsiones más habituales son: lavarse las manos constantemente, ordenar las cosas de forma particular y precisa. Así mismo comprobar o chequear las cosas, con el fin de asegurarse de que esta todo en el orden, que es importante para él, contar de forma compulsiva y acumular cosas.
El Trastorno Obsesivo Compulsivo
Se encuentra entre las 10 primeras enfermedades más discapacitantes y entre las 5 enfermedades mentales más discapacitantes, de acuerdo a la OMS. Tanto así que la quinta edición del Manual Diagnostico y Estadístico de los Trastornos Mentales, (DSM V) de la Asociación Americana de Psiquiatría, publicada en 2013, ubica al TOC y enfermedades relacionadas con él en un capítulo independiente, situación que en un inicio se incluía en el capítulo de los Trastornos de Ansiedad.
Las personas con dicho trastorno suelen mantenerlo en silencio, se dan cuenta que mantienen conductas anormales, pero les cuesta reconocerlo y pedir ayuda. El entorno social y/o familiar tiende a tachar dichos comportamientos como inadecuados y generan en la persona un rechazo, que en diversas ocasiones no les permiten reconocer la ayuda y entran en fases depresivas.
Por lo que en la actualidad hay un alto porcentaje de pacientes no atendidos y con muy baja calidad de vida.
Tratamiento
Para iniciar el tratamiento, es necesario que la persona acuda a profesionales de la salud que le puedan orientar de forma adecuada.
En diversas ocasiones, se ha identificado otros trastornos que acompañan a dicha patología. Ejemplos como es la depresión o la ansiedad, por lo que se requiere un estudio exhaustivo, junto con un equipo interdisciplinar de Psicólogo y Psiquiatra, para trabajar en la mejoría del paciente.

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